Vivimos en un mundo en el que el
destino nos sorprende a cada instante,
habitamos en un lugar en donde una
sonrisa es la mejor cura para cualquier insomnio,
pensamos en canciones en las que la imaginación
ha comenzado a soñar,
inventamos razones para hablar
largas horas durante la felicidad.
Pocos saben dar inspiración,
muchos saben dar preocupación,
pero solamente tú sabes darme tanta emoción.
¿Qué ha sido de mí a las dos con
quince?
¿Qué habré encontrado a la hora de tu
sonrisa?
¿Qué hemos inventado cuando ya no
sentimos el tiempo?
¿Qué habrá pasado mientras comenzábamos
a sonreír?
Me he encontrado sonriendo sin motivo
alguno,
me he descubierto soñando cuando ya no
duermo,
me he inspirado escribiendo algo que
te haga suspirar,
me he hecho un inexperto a la hora de
quererte engañar.
Es fácil darme cuenta de tu gran poder
a la hora de convencer,
me has enseñado en poco tiempo lo grandioso
que es volver a creer,
pero sobre todo, me has dado una nueva
razón para nunca decaer.
La vida te hace pensar y muchas veces hasta
dudar,
el destino te hace creer y muchas
veces hasta perder,
el amor te hace suspirar y muchas
veces hasta aguantar,
pero tu sonrisa me hace siempre querer
volver a soñar.
He buscado la inspiración en un lugar
equivocado,
me la he encontrado sin haberla
esperado,
en un lindo corazón en donde solo vive
tu bella canción.
Me la he quedado con el afán de no
volverla a perder,
para así saber en dónde es que puedo
enloquecer.
¿Qué será a las dos con quince?
Pues nada, paso el tiempo, pero la
felicidad nunca se fue.
¿Qué paso a las dos con quince?
Llego mi inspiración hecha mujer.